A partir de los seis meses de edad los más pequeños de la casa comienzan a nutrirse con alimentos adicionales a la leche materna. Esta maravillosa etapa, les abre un nuevo mundo en el cual descubren diferentes sabores y texturas que entrenarán su paladar e incluso, contribuyen a definir su patrón alimentario a futuro.
La etapa de la alimentación complementaria incide de manera directa en el desarrollo y crecimiento de los niños. Es por esto que los padres prestan especial atención en adquirir alimentos de excelente calidad, con los mejores ingredientes y, sobre todo, que nutran a los pequeños de manera óptima, balanceada, adecuada, y deliciosa.
Dada la relevancia de esta etapa, es fundamental contar con un plan de nutrición saludable y equilibrado que beneficie el desarrollo del niño. Para elaborarlo, es recomendable contar con la asesoría del pediatra o profesional de la salud idóneo.
“En los primeros seis meses de vida, la lactancia materna provee el 100% de los nutrientes requeridos por el infante. Diversos estudios han demostrado que los niños alimentados con leche materna exclusiva presentan menor incidencia de alergias, asma, enfermedades respiratorias, infecciones del oído, gastrointestinales y urinarias. Pasados los 6 meses, la leche materna sola, no cubre todos los requerimientos nutricionales de los lactantes por lo que se requiere la introducción de otros alimentos y líquidos a la dieta de los bebés”, explicó Edilda Castroverde, Líder de Nutrición, Salud y Bienestar en Nestlé Centroamérica.
¿Qué deben comer los pequeños?
Una nutrición adecuada desde la concepción es clave para la salud actual y futura de los niños. Su alimentación debe incluir todos los grupos de alimentos para proveer los macro y micronutrientes, y evitar en lo posible, la sal y el azúcar. Entre los micronutrientes está el hierro, un mineral necesario para favorecer el desarrollo cognitivo y el crecimiento del bebé.
El Ministerio de Salud de Panamá, en su guía de nutrición para niños menores de dos años, recomienda mantener una adecuada alimentación complementaria, en concordancia con cada etapa del infante. A continuación, algunas de estas recomendaciones:
De 6 a 8 meses:
- Iniciar con alimentos suaves, frescos y fáciles de digerir para evitar que el niño se atore. Se pueden introducir cereales, verduras, vegetales, frutas (una cucharadita).
- Es fundamental preparar los alimentos licuados o en puré, para asegurar una consistencia y textura adecuada para esta etapa del infante, por supuesto, tomando en cuenta todas las medidas de higiene y evitando la contaminación cruzada.
- Frecuencia: 2 a 3 veces al día.
De 9 a 12 meses:
- En cuanto al tamaño de los alimentos, en esta etapa se puede iniciar a brindarle alimentos en trozos pequeños o finamente picados, para ayudar a ejercitar la mandíbula del pequeño.
- Agregar nuevos alimentos como pastas y huevo entero.
- Buscar opciones de alimentos saludables para las meriendas. Es importante validar no solo sus ingredientes, sino también el tamaño y textura.
- Frecuencia: 3 a 4 veces al día. Desayuno, almuerzo, cena o merienda.
De 12 a 24 meses:
- A partir de este momento, se recomienda introducir alimentos con la misma consistencia que el resto de la familia, en trozos moderados para evitar que el niño se atore.
- Incluir todos los alimentos en la porción adecuada. El color y la variedad son de gran relevancia.
- Procurar momentos en familia para disfrutar de los alimentos.
- Frecuencia: 4 a 5 comidas al día como desayuno, almuerzo, cena y meriendas.
Nestlé, aliado en cada etapa de la alimentación complementaria de los más pequeños
Para Nestlé y su línea de alimentos infantiles Gerber, el cuidado de los bebés es la mayor prioridad y entiende la importancia y la preocupación que puede generar en los padres y madres, el inicio de esta nueva etapa. Es por esto que presta especial cuidado en todo el proceso de producción de las frutas y vegetales, desde la preparación de la tierra, el cultivo hasta el momento de su cosecha, para garantizar el sabor, la madurez, el color y la firmeza adecuada en la preparación de los colados.
“En Gerber entendemos la importancia de una adecuada alimentación y por eso elegimos cuidadosamente los ingredientes con los que elaboramos nuestros colados. Utilizamos frutas, vegetales y verduras naturales y evitamos añadir azúcar. Contamos, además, con altos estándares menciona Stephanie Rivera, gerente de Gerber para Nestlé Centroamérica.
Por otro lado, el proceso de elaboración de los colados es estrictamente controlado con respecto a los tiempos y temperaturas de cocción, con el objetivo de evitar al máximo la pérdida de vitaminas y minerales y así, garantizar un alimento que le aporte al niño los nutrientes adecuados en esta etapa de crecimiento y desarrollo.
“Por estas razones y más, los alimentos Gerber han adquirido la categoría de calidad Baby Grade, la cual nos certifica como un alimento preparado con pure 100% fruta, sin colorantes, sin preservantes, sin azúcar añadida y cultivados con las semillas de mejor calidad”, concluyó Stephanie Rivera.