Envejecer es parte inevitable de la vida, pero a medida que envejecemos nuestras prioridades a menudo cambian. Si bien las arrugas y los cambios en el metabolismo pueden haber sido las principales preocupaciones en tus años 30 y 40, cuando llegas a los 60 años y más, es probable que tu atención se moverá a preocupaciones relacionadas con la actividad física, el deterioro mental, la calidad del sueño o el dolor en las articulaciones. Entonces, ¿Cómo puedo mantener mi mente aguda? ¿Qué puedo hacer para seguir siendo independiente en casa? ¿Cómo puedo seguir el ritmo de mis nietos?
La respuesta a estas preguntas es simple: priorizar una nutrición adecuada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), envejecer de forma saludable significa mantener una función física y mental adecuada a medida que va pasando el tiempo.[1] Y una nueva investigación muestra que la nutrición es clave para ello. [2],[3]
La malnutrición en los adultos mayores es un problema grave pero solucionable
En Panamá, hay casi 517,488 mil de personas mayores de 60 años, lo que representa el 11.41% de la población.[4]
A medida que aumenta el envejecimiento de la población en todo el mundo, también lo hace una condición de salud a menudo oculta: la malnutrición. Afectando a 1 de cada 3 adultos mayores, la malnutrición puede tomar muchas formas, incluyendo desnutrición (bajo peso), sobrepeso / obesidad o deficiencias de vitaminas y minerales. [5],[6]
“La malnutrición a menudo no se diagnostica o no se trata, pero la investigación muestra que abordar esta problemática entre los adultos mayores a través de un programa de nutrición integral, puede ayudar a mejorar el bienestar y la calidad de vida en general durante el envejecimiento”, señala el Dr. Gabriel Gómez, director Médico en Abbott.
El estudio realizado por Abbott, en asociación con el Hospital San Ignacio, es el primero de su tipo y el estudio más grande hecho en América Latina, ya que involucró a más de 600 adultos mayores en Colombia, muchos de los cuales tuvieron una hospitalización reciente o estaban manejando una enfermedad crónica. 2,3 Los participantes estaban malnutridos o en riesgo de malnutrición y se les aplicó un programa de nutrición que incluía educación nutricional, ejercicio y nutrición especializada durante 60 días. Durante el estudio se les hizo seguimiento tanto en persona como a través de sesiones de telemedicina, para brindar apoyo continuo y reforzar la adherencia al programa.
Al tiempo que mejoran los resultados de salud para los pacientes, los programas de atención nutricional también pueden reducir los costos para los sistemas de atención médica. Los resultados del estudio muestran que la atención nutricional redujo significativamente el uso general de los recursos de atención médica durante 90 días, incluidas las hospitalizaciones, las entradas a unidades de emergencias urgencias y a las clínicas citas ambulatorias en más del 40%, lo que significa un ahorro de costos de casi USD$130K, $210 por paciente.
El programa de manejo nutricional mejora y apoya el bienestar físico y la calidad de vida del paciente
Al menos 1 de cada 3 participantes tenía un estado inicial comprometido en cognición, funcionalidad física, salud y bienestar psicológico y/o calidad de vida, y cuando estas personas siguieron el programa vieron mejoras en las cuatro áreas:
- de los participantes mejoraron su bienestar psicológico
- de los participantes mejoraron la función cognitiva
Además de los beneficios nutricionales, el estudio encontró que un programa de manejo nutricional puede tener un impacto positivo en múltiples medidas de calidad de vida3. Eso es especialmente importante para los adultos que desean mantenerse independientes, ya que para envejecer bien el cuidado de la salud en general es clave.[7]
El programa de manejo nutricional implementado en el estudio se basa en un modelo desarrollado por Abbott, una compañía global dedicada a la salud, que ha demostrado ayudar a las personas en todos los entornos de atención médica: hospitales, clínicas ambulatorias y en el hogar. 7,[8],[9]. La implementación de este modelo de atención nutricional puede ayudar a mejorar la salud en general, fortalecer la calidad de la atención y, por lo tanto, reducir la carga clínica y económica que representa para las personas y los sistemas de salud.
Si consideras que tú o un ser querido está en riesgo de malnutrición, habla con tu profesional de la salud para recibir una evaluación nutricional y determinar si un programa de nutrición personalizado puede beneficiarte a ti o a tu ser querido.