Las redes sociales nos plantean una ventana de intercambio de información constante: cómo identificar cuándo es suficiente para evitar que nuestra salud mental se vea afectada.
Me atrevería a decir que el Internet ha tenido uno de los impactos más transformadores en las últimas décadas a nivel global, como sociedad hemos visto cómo ha revolucionado prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas: desde la difusión de información y la manera en la que nos comunicamos, hasta la vida cotidiana y nuestras rutinas diarias.
Recuerdo que hace unos años el panorama era completamente distinto: si quería leer una noticia o comunicarme con cualquier persona a distancia, dependía de los horarios de los noticieros o del uso de cartas o tarjetas prepagadas para llamadas, ¡quién diría que hoy en día todo estaría a un click de distancia!
Y aunque esa accesibilidad que nos plantean las Redes Sociales implica una facilidad para todo, también me ha hecho reflexionar sobre un punto importante: si alguien no tiene presencia en las redes sociales, entonces es prácticamente como si no existiera; nos hemos vuelto tan dependientes de ellas que consideramos que si un negocio no tiene presencia digital entonces no tiene credibilidad y preferimos buscar otras opciones, y eso me hace pensar ¿hasta qué punto es sano depender tanto de ellas?
Y es que sin duda alguna esa necesidad de estar siempre activos en las Redes Sociales nos ha traído un sinfín de consecuencias, pero personalmente hay algo que me repito constantemente: el mundo digital nos abre las puertas a realidades curadas que nos hacen cuestionar nuestras propias vidas, es importante que tengamos un balance al consumir este tipo de contenido para evitar que nuestro criterio y salud mental se vean perjudicados, al final del día estar expuestos a tanta información puede resultar en un agotamiento mental del que tenemos que protegernos.
Tras mucha meditación, y les confieso que también bastante ensayo y error, he conseguido dar con la clave para encontrar un punto medio en el que pueda disfrutar y beneficiarme de las maravillas que nos ofrecen las plataformas digitales sin dejar que me consuman; esta serie de tips puede ayudarnos a encontrar ese balance para sacarle provecho a esa ventana de comunicación sin dejar a un lado nuestra salud mental:
- Limita las notificaciones.
- Establece un horario para revisar tus RRSS.
- No tengas miedo de hacer un “detox” de tus Redes Sociales.
- Sigue cuentas y perfiles que te nutran, dale unfollow a cualquier contenido que pueda detonar tus inseguridades.
- Recuerda que la comunicación en persona es importante, busca un balance entre tu tiempo en Redes Sociales y tu tiempo compartiendo presencialmente con tus seres queridos.
Vivimos en una actualidad que nos brinda infinitas posibilidades para comunicarnos, y esa es una ventaja verdaderamente espectacular que tenemos en nuestras manos, pero nunca olvidemos que todas esas herramientas que tenemos disponibles son solo un complemento para seguir nutriendo nuestras vidas de valor: no dejamos que nos consuman y hagamos uso inteligente de ellas para poder impulsar nuestro crecimiento personal.