Según los datos de la encuesta Violencia simbólica en el mundo laboral, el 25% de las personas usuarios panameños presenciaron una situación de violencia simbólica en su trabajo. Alrededor de 7 de cada 10 dijeron haber recibido comentarios inapropiados o agraviantes sobre su apariencia física y/o su cuerpo.
Violencia simbólica en el mundo laboral es un estudio del portal de empleos Konzerta y la organización especializada en género Grow- género y trabajo en el que participaron 1062 personas en la región. El estudio explora las experiencias de violencia simbólica en el contexto del trabajo.
¿Qué es la violencia simbólica? “La que, a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de una persona sobre otra, principalmente de las mujeres y de otros grupos vulnerables en la sociedad”, explica Georgina Sticco, co-fundadora de Grow- género y trabajo.
El 100% de los/as panameños/as que participaron en la encuesta expresaron vivir o haber vivido situaciones de violencia simbólica en el ámbito laboral. La media de la región que se ubica en un 85%.
El 75% de las personas panameñas recibió comentarios inapropiados o agraviantes sobre su apariencia física y/o cuerpo. Respecto a las situaciones experimentadas, se destacan los comentarios inapropiados/agraviantes sobre la vestimenta (tipo, estilo, color, estado) con un 50%. No se registran diferencias sustanciales con el resto de la región.
“La apariencia física es un gran factor al momento de recibir comentarios discriminatorios y violencia simbólica. Si lo pensamos desde un enfoque de género, es posible que esto afecte en mayor medida a las mujeres, dado que el imperativo de belleza y buena apariencia recae principalmente sobre ellas”, sostiene Sticco.
Un 66% de los panameños encuestados fue sujeto a bromas o comentarios inadecuados asociados a tener o no tener pareja o relaciones sexuales. Otra práctica que vivenciaron gran parte de las personas participantes, el 66% fue que se les asignen tareas o roles que están fuera de las responsabilidades de su puesto laboral en función de su género. Por ejemplo, servir café, tomar notas, colgar el abrigo de su jefe/a, decorar espacios, o realizar tareas de fuerza.
Dentro de las situaciones atestiguadas, el 33% de los/as panameños/as escuchó comentarios estereotipados, bromas, chistes, burlas y/o apodos respecto a la identidad de género.
“La discriminación y la violencia tienen un fuerte componente de género. Como se puede observar en los hallazgos de este estudio, tener una identidad de género no cisnormativa o una orientación sexual no heteronormativa son factores que incrementan las posibilidades de sufrir violencia simbólica”, analiza Sticco.
También el 66% presencio bromas o comentarios inadecuados asociados a la falta de fuerza física; y otro 50% presencio o vivió bromas o comentarios inadecuados por religión o creencia y 33% vio o recibió bromas o comentarios inadecuados por el nivel educativo, situación socioeconómica y/o zona geográfica de residencia.
Por otro lado, un 75% recibió en su lugar de trabajo mensajes, imágenes y/o comunicaciones que incluyeron estereotipos sobre la edad o generaciones; un 50% mensajes con estereotipos de clase, nivel socioeconómico, zona de residencia y/o nivel educativo y estereotipos de raza o etnia o nacionalidad y un 25% estereotipos de género y sobre la discapacidad.